la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

Este artículo corresponde a la segunda parte del artículo El futuro llegó: La videoconferencia cloud no tiene límites, y explica que para disfrutar de una nube de videoconferencia de alta calidad, es necesario asegurar que la red de su empresa tiene suficiente ancho de banda, baja latencia y rendimientos de jitter bajos.

Implementando una nube de videoconferencia

A medida que más y más empresas envían sus procesos de computación hacia la nube, podría parecer que también han externalizado su necesidad de gestionar el rendimiento de aplicaciones; algo que podría ser cierto para aquellos servicios donde las latencias no son sensibles, como por ejemplo almacenamiento y backup.

Sin embargo, implementar un servicio de videoconferencia que viene desde la nube, con videollamadas, crea una serie de nuevos y únicos desafíos a la hora de ofrecer una experiencia de usuario de alta calidad.

La videoconferencia tiene ventajas e inconvenientes a la hora de implementarla en una red desde una nube, y a continuación los revisaremos. la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

Dentro de los factores clave a la hora de considerar una implementación de éste tipo deplataformas de videoconferencia y videollamadas desde la nube, se incluyen la LAN y la WAN, la calidad de la conexión con el proveedor del servicio, y el soporte para endpoints móviles y de escritorio, utilizando la red inalámbrica.

Es que en general, el tipo de tráfico que representa la videoconferencia es sin duda el más difícil de soportar en una red corporativa de datos, porque combina la necesidad de tener bajas latencias, bajos rendimientos de jitter en voz sobre IP –VoIP- y adicionalmente solicita un ancho de banda importante, de entre 700kb a 6 megas dedicados, para obtener sesiones de alta definición. la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

Y estos requisitos no desaparecen cuando la empresa decide migrar hacia la nube a través de un proveedor de éste tipo de servicios, aun cuando los patrones sobre los tráficos puedan cambiar.

Comúnmente en una instalación on-premise emplazada en una serie de ubicaciones o en un datacenter, una MCU –de las que hablamos aquí– estaría instalada en un lugar geográfico para unir varios puntos en un “punto cero” y de ese modo, distribuir los anchos de banda hacia ese punto en particular.

Esa MCU se haría cargo de las configuraciones y de su gestión, así como también del transcoding entre equipos de videoconferencia y videollamadas disímiles -por ejemplo, entre protocolos H.323 y SIP-.

El tema es que al aparecer la nube en el mapa, no desaparecen las necesidades de administrar toda la información subyacente de la red corporativa al migrar la MCU hacia la nube del proveedor, porque de todos modos tiene que existir la forma de asegurar que las metas sobre latencia y jitter se consigan, o que exista suficiente ancho de banda para soportar video en alta definición; por lo que el emigrar hacia un proveedor de éste tipo de servicios, en éstos términos, no cambia absolutamente nada. la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

Tecnologías como el protocolo SVC, que es escalable, ayuda a las aplicaciones de videoconferencia a ajustarse de mejor manera a los rendimientos disponibles de la red; pero tampoco son la panacea de una red pobremente diseñada, y no entregan demasiados beneficios si acaso los endpoints no soportan SVC.

Existen proveedores que ofrecen enlaces privados para redes de telecomunicaciones, utilizando la MPLS o la Ethernet, mientras que otros simplemente conectan equipos de videoconferencia a través de la Internet, significando con esto que las calidades de videoconferencia son dependientes de la calidad que disponga la misma conexión de internet. la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

Esto podría no ser un problema cuando existen trabajadores conectándose desde sus casas, o a través de redes con fibra de vidrio por ejemplo; pero para un empleado rural, con una pobre señal de internet quizás podría no lograr disponer de alta calidad en una videoconferencia y videollamadas.

Tenga cuidado con la red inalámbrica

La red inalámbrica es la segunda área más común en la cual podrían aparecer problemas en la red global, originadas por la videoconferencia. la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

A medida que más empleados utilicen sus tablets, smartphones y laptops sobre la WLAN para videoconferencia y videollamadas, más tensionan a las redes de telecomunicaciones inalámbricas sobrevendidas y mal diseñadas.

De hecho, según el estudio 2014-15 Enterprise Technology Benchmark de Nemertes, más de uno sobre cinco empleados basa su trabajo sobre la wireless LAN para conectarse a la red.

Viejas tecnologías LAN como la 802.11b y 802.11g no son capaces de soportar la priorización de aplicaciones en tiempo real, como video sobre el tráfico inalámbrico; lo que significa que el tráfico de video podría degradarse al tener una red congestionada.la nube de videoconferencia necesita una red bien diseñada

Aquellos que se encuentran fuera de la protección de la WLAN corporativa podrían enfrentarse a problemas de capitalización de datos y embotellamientos con el proveedor de servicios si es que acaso realizan demasiadas sesiones de videoconferencia sobre las redes de telecomunicaciones sobre datos móviles.

Para navegar de forma exitosa en la implementación de una nube de videoconferencia, es necesario encargarse de los problemas de la red, antes de que afecten al rendimiento general.

Para ello, asegúrense de que sus redes de telecomunicaciones tengan suficiente capacidad para realizar videoconferencias; especialmente en aquellas oficinas y sucursales más pequeñas.

Asegúrense además de que los enlaces hacia la nube reúnan los requerimientos de latencia y jitter mínimos, o inviertan en enlaces administrados de forma privada.

Finalmente, préstenle atención a las redes de telecomunicaciones inalámbricas y encárguense de los requerimientos de capacidad y de Calidad de Servicio; pues si son ignorados, podrían transformar a los actuales trabajadores inalámbricos en ciudadanos de videoconferencia de segunda clase.

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